Después de una consulta autorizada sobre la portada del libro, nos hemos decantado por un estilo más sobrio, con claras influencias de los clásicos del renacimiento. La mona sigue estando igual de mona.
Nací muy cerca de Tokio, cosmológicamente hablando, y llevo años construyendo artefactos literarios que a veces explotan y hacen reír. Usar antifaz me permite escribir cosas que avergonzarían a mi abuela, aunque es complicado cuando cojo un avión.